Una de las prácticas más efectivas que emplean las fuerzas israelíes es la táctica militar conocida como “tierra arrasada” o “agroterrorismo”, que consiste básicamente en destruir, sustraer o inutilizar los medios de subsistencia del adversario –ganado, cosechas, reservas de agua, fábricas de alimentos, complejos de pesca, etcétera–. Resulta ser una práctica especialmente efectiva para someter a los palestinos porque su sistema económico se basa fundamentalmente en el sector agropecuario.