¿Es buena idea pedir copias del DNI desde las empresas? No, no lo es, salvo excepciones. Nuestro documento nacional de identidad contiene mucha información que no sirve de nada a una empresa. ¿Para qué le iba a servir, por ejemplo, los nombres de tus padres? Por esta razón, se considera una recogida innecesaria de datos que contradice los mandatos del RGPD. Lo correcto, si necesitas cotejar los datos, es pedirlo, pero no fotocopiarlo.

Llegas al hotel y la recepción nos pide nuestro DNI para hacer una copia. Recibes un paquete importante y el repartidor nos pide fotografiar el DNI para registrar a quién se entregó. Pides un duplicado de la SIM y fotocopia del DNI. Una práctica muy extendida, y resulta que no debería ser así. Protección de Datos está en contra de que se pida el DNI por defecto. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) se ha pronunciado en distintas ocasiones sobre casos en los que se ha solicitado la fotocopia del DNI y bajo su visión era innecesario.

Cuando Xerox quiso dar a conocer su nueva invención, la fotocopiadora, utilizó una niña para demostrar lo fácil que era su uso. La competencia, furiosa, exigió la retirada del anuncio alegando publicidad fraudulenta. Era imposible que la copia de documentos fuera tan sencilla. Xerox accedió a retirar el anuncio, en su lugar lanzó un nuevo comercial, sustituyendo la niña por un mono e invitando a la competencia al rodaje.

El policía municipal que elaboró el informe técnico sobre si las mascarillas que importó el Ayuntamiento de Madrid a través de los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño ha reconocido este viernes ante el juez que no comprobó lo que decía el documento procedente de China, donde se fabricaron, porque era una fotocopia de ínfima calidad, escrita en el idioma de ese país y que tan solo se ocupó de constatar de que aparecía el nombre del modelo, KN95.

Esto es lo que ocurre cuando pones billetes de euro en una fotocopiadora.

Un sencillo trozo de papel sobre el que aparece escrita una fecha y un lugar. La fecha, 22 de octubre de 1938. El lugar, Astoria, en el barrio de Queens, Nueva York. Aquel día y en ese lugar, un físico treintañero de orígenes humildes que había estudiado en el Instituto de Tecnología de California, con una pasión sin freno por la invención y que trabajaba como agente de patentes, creó la primera muestra de xerografía.