"La primera vez que un productor le muestra las posibilidades que ofrece la innovación del sonido, el actor se ríe a carcajadas con arrogancia y proclama que si ese es el futuro, no le interesa lo más mínimo. En poco tiempo, sin embargo, la imparable popularidad del cine hablado le hunde en la miseria, convirtiendo a este tragicómico personaje en un símbolo perfecto del hombre acorralado por un cambio tecnológico que le supera, y de lo que ocurre en la sociedad humana cuando lo nuevo derrota a lo viejo."