Cuando los atacantes ven esos grandes ojos mirando hacia ellos, se sienten observados. Esto eliminaría el factor sorpresa, responsable de la mayoría de sus victorias, por lo que el intento de cacería ya no les parecería tan rentable. Es una triquiñuela de lo más rudimentaria, pero muy eficaz, en base a los resultados del estudio que han publicado sobre ello en
Nature Communications Biology.