Henry Jones se había pasado toda su vida obsesionado con la búsqueda del Santo Grial y, para encontrar semejante objeto legendario, había estado recabando información y anotándola en su viejo diario. Cuando, en 1938, este profesor de Literatura Medieval fue secuestrado por los nazis para que Hitler hallase el modo de hacerse con el cáliz de Cristo, la idea que le rondaba al Fürher no era sino la de beber del divino recipiente y alcanzar de este modo la inmortalidad.Tras muchas idas y venidas, al Santo Grial se lo tragó la tierra (literalmente).
