Un estudio realizado por la Universidad de Maryland y publicado en la revista The Planetary Science Journal ha descubierto algo que las agencias espaciales deberán tener en cuenta a la hora de planear sus futuras misiones a la Luna: lentamente, milenio tras milenio, nuestro satélite está encogiendo su tamaño, y ya ha perdido más de 50 metros de circunferencia en los últimos cientos de millones de años.
La razón es que su núcleo se ha enfriado, lo cual se ha debido tanto a la convección como a la emisión de radiación hacia el espacio.