La semana pasado estuvimos contemplando uno de los más dolorosos y esperpénticos acontecimientos de la justicia española, hasta el punto de que el propio acusado, el juez Elpidio Silva, manifestó que, mediante la actuación de la sala que le juzga por prevaricación y retraso malicioso de la justicia, España se ponía al nivel de Corea del Norte. Erraba Elpidio cuando nos ponía a nivel de Corea y, probablemente, se hubiese ahorrado muchas críticas, si no lo hubiese hecho. Pero no se hubiese equivocado si nos hubiera comparado con Guatemala...