En fechas señaladas como éstas, de fiesta nacional oficial, que fuerza hechos históricos significativos, son muy dados los actos patriotas, y el enarbolar banderas, que al grito de ¡España! violentan conciencias, patrimonios y humanidades. En momentos así, es oportuno recordar al emperador romano dirigiéndose a los patricios: «Roma no son las columnas ni las estatuas, son los romanos». Pues algo así digo yo hoy: España son las personas que conviven en su territorio, sus derechos, sus libertades, su bienestar.