Las invasiones de plantas se producen de un modo paulatino, casi imperceptible, pero las especies invasoras llegan a desplazar a las autóctonas y a ocupar por entero hábitats que antes de su llegada sólo albergaban plantas autóctonas. Este daño, considerado en Europa como una de las mayores amenazas para la biodiversidad y se ha triplicado en Europa en los últimos 25 años. Los daños ambientales que ocasionan incluyen alteración de ecosistemas, fragmentación de paisajes, cambios en la biodiversidad o aparición de nuevas enfermedades.