Vogue París, en el número en el que el citado Ford ejercía de redactor jefe invitado, publicó esas fotos que habréis visto de las niñas de marras, que ni siquiera llegan a lolitas (la Lolita primigenia, urdida para Nabokov, tenía once) para su especial de regalos. La polémica está servida (¿quién se habrá inventado esta expresión?). Unos dicen que incita a la pedofilia, otros que ya vale de corrección política y puritanismo, que no es para tanto. Los fans de la incorrección política me aburren casi tanto como los de la corrección política...