Una asociación de víctimas, cercana al PP, busca, sin éxito, pruebas de la vinculación de ETA con el 11-M. Es imposible imaginar que cuando la justicia consiga sentar en el banquillo a los autores del atentado de Barajas, lo primero que hagan los abogados de los ecuatorianos asesinados sea preguntar a los terroristas de ETA si conocen a Bin Laden o a algunos de sus secuaces en España. Pues eso, pero vuelto del revés, fue exactamente lo que sucedió ayer en la Casa de Campo de Madrid.