Mi padre, mi abuelo, mis tios, mi hermano… todos trabajaron en la mina, o en la fábrica de “la Vasco”. Mi infancia huele a “fusca”, a azufre camino del Faedo, al polvo del carbón y el sudor de mi padre. Veo las fotos que estos dias salen en prensa y pretenden mostrar la violencia desatada durante las protestas mineras y la tristeza me inunda por completo: les conozoco a todos! Jamás pensé que esto podía convertirse en una guerra abierta, pero es lo que parece. Y me duele, me duele profundamente.