Ni siquiera se dirige a ella por su nombre, la llama “víctima”. Sí, es su víctima, pero ella no se reduce a eso, no era víctima antes de conocerle, es una persona, una mujer, casi una niña por aquel entonces, tiene nombre, un nombre que no se atreve a pronunciar, no la dota de identidad propia.De igual forma, se muestra evasivo omitiendo lo que hizo con ella, reduciéndolo a “delito por el cual cumplo esta condena”, así, se distancia emocionalmente de ella pero también de los hechos, no le interesa que aparezca en su texto la palabra violación