El 23-F de 1981, hace treinta y cuatro años, las fuerzas antidemocráticas, altos mandos de las fuerzas armadas, fieles al «testamento» de Franco, con la ayuda de otros afines al régimen, también quienes querían reconducir la situación política del momento y fortalecer al rey y la monarquía, se confabularon y dieron un golpe de Estado; que fracasó, pero que tuvo consecuencias políticas, algunas de ellas siguen aquejándonos (...) La conducta del rey antes del golpe no fue en absoluto ejemplar, cometió errores, frivolidades e irresponsabilidades.