Desempleo o trabajos precarios, casas ruinosas, barrios violentos, escuelas mal equipadas… Los pobres se merecen esa vida. Porque no se han esforzado, porque malgastan las ayudas gubernamentales en vicios, porque carecen de normas… Desde las alturas de la pirámide social caen los argumentos para justificar la desigualdad. Pero lo más sorprendente es cómo muchos, en las capas medias y bajas, asumen este discurso y también acusan a los menos afortunados de su miseria.
|
etiquetas: pobres , culpa , pobreza , ricos