A pesar de que decrecer no se vea como una opción, nuestra civilización lo tendrá que hacer más pronto que tarde. Podemos hacerlo de forma mínimamente ordenada o de forma descontrolada. Si es de esta última forma, será muy probable que las actitudes más intolerantes y autoritarias se impongan. Con los datos que tenemos al alcance, resulta irresponsable no empezar a preparar adecuadamente a las generaciones que más intensamente lo vivirán. Si no lo hacemos, estaremos estafando a toda una generación y algunos no querríamos ser cómplices de ello.
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