Medir el progreso de un país mirando únicamente su producto interior bruto (PIB) resulta miope. Este indicador ignora de manera sistemática el bienestar real de los ciudadanos. La sociedad colaborativa plantea un gran número de escenarios que requieren de nuevas maneras de medir los beneficios de las acciones, y es que estas actividades no mercantilizadas son las que realmente sostienen al mundo, es la otra economía que nadie contabiliza y que reside en la madre que cuida a sus hijos o en compartir.
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