La dependencia comercial con Alemania es inmensa en muchos países de Europa. En Chequia el comercio de bienes con el país germano representa casi un 48% de su PIB, mientras que en Hungría llega al 42%. El geógrafo Saul B. Cohen sostenía que Alemania tenía dos fachadas, una occidental, industrial, comercial y marítima, volcada al Rin y el mar del Norte (la Alemania de la banana azul); y otra oriental, continental y expansionista, situada en la zona del Báltico y en la «mal llamada Centroeuropa».
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