En su afán de acabar con la competencia, Uber ofrece sus servicios muy por debajo de sus costes de operación. Uber perdió más de 3.000 millones de dólares en 2018. Y hay más: los ingresos están decreciendo. De ésas 700 ciudades en las que opera, el 24% de las reservas ocurre en sólo cinco. Y más: un 15% de las reservas totales son de viajes desde y hacia aeropuertos. A esto hay que sumar la inseguridad jurídica del negocio, que depende de centenares de legislaciones distintas y cambiantes. Y algo aún más inestable, sus relaciones laborales.
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