"Su hijo ha caído mártir en tierra de califas". Ese fue el aterrador mensaje que recibió Véronique el 14 de enero de 2016 a través de WhatsApp. Un miembro del grupo terrorista DAESH le anunciaba la muerte de Quentin, que se había ido año y medio antes a Siria para unirse a las filas del Estado Islámico. La periodista Alexandra Gil recopila su historia y la de ocho familias más que vivieron la radicalización de sus hijos y su posterior huida a territorios controlados por el Estado Islámico.
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