Además de las mascarillas obligatorias en el interior de la empresa y de las pruebas semanales de COVID, los trabajadores no vacunados tendrán que pagar un recargo de 200 dólares cada mes, a partir del 1 de noviembre, para poder permanecer en el plan de asistencia sanitaria de la empresa. "La estancia media en el hospital por COVID-19 ha costado a Delta 50.000 dólares por persona. Este recargo será necesario para hacer frente al riesgo financiero que la decisión de no vacunarse está creando para nuestra compañía".
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