Los narvales son criaturas icónicas del Ártico. Han tenido a exploradores y científicos intrigados durante cientos de años. Existe la creencia popular de que los narvales utilizan su característico colmillo de 2 o 3 metros a modo de unicornio para cazar, pero la realidad es más extraña si cabe. Nweeia, un dentista, se obsesionó con sus colmillos hace más de una década y ha descubierto que son órganos muy sensibles y con muchas terminaciones nerviosas. Un diente dado la vuelta, blando por fuera y duro por dentro que les sirve de sensor.
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