El equipo de John Axelsson, del Instituto Karolinska, acaba de publicar los resultados de un estudio que refuerzan la hipótesis de que podemos detectar la enfermedad en el rostro de los demás. El trabajo, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, consistió en inyectar a un grupo de 16 adultos sanos con un placebo y con una solución de lipopolisacáridos, una endotoxina que se encuentra en algunas bacterias como E. coli y que desata una respuesta inflamatoria en el cuerpo similar a la que experimentamos al enfermar.
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