Lo mejor son los documentos inéditos del servicio de Información de Falange, que ofrecen la visión de un Franco en constante alerta. Lo explica Fernández-Miranda: “Lo especial es que son boletines periódicos y tienen un objetivo común, que es vigilar la conspiración monárquica”. Los papeles afianzan una de sus tesis y que la mayoría de los biógrafos de Franco han tratado como algo secundario: incluso en los coletazos de la conspiración, ya en 1948, siguió muy pendiente, hasta el punto de tener un maquinaria que recuerda a la Stasi de la RDA
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