Su política exterior es siempre la misma: ‘Obedece o serás aniquilado’. Pero hay veces que ni siquiera el arrodillarse satisface la soberbia del Tío Sam. Tal es la historia reciente de Libia y su dirigente, Muamar el Gadafi. Un estado llamado ‘terrorista’ que hizo sus deberes capitalistas y se convirtió en ‘miembro de la comunidad internacional’, una nación soberana que pasó de estar entre las más ricas de África a convertirse en un nido de odio, esta vez del de verdad, del que pone bombas en Europa.
|
etiquetas: imperialismo , estados unidos , guerras