En los ríos y lagos de África existe una familia de peces cuyos rasgos resultan especialmente llamativos. Tienen el cuerpo alargado, utilizan las aletas pectorales para moverse torpemente por la orilla y su vejiga está adaptada para ayudarles a respirar. Aunque en biología no existen esas cosas llamadas "eslabones perdidos", los rasgos primitivos de los bichires (Polypterus senegalus) han servido al equipo de Emily Standen para estudiar cómo pudieron evolucionar los primeros tetrápodos, hace alrededor de 400 millones de años.
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