Solo le bastó una frase ("uno del censo intentó hacerme una encuesta. Me comí su hígado, acompañado de habas y un buen Chianti") para poner los pelos de punta y aterrorizar al espectador en los primeros diez minutos de película. Veíamos por vez primera a "Hannibal, el caníbal". Un 14 de febrero de hace 30 años, se estrenaba en los cines ¡El silencio de los Corderos'.
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