Hay que dar por supuesto que muchas de las expresiones últimas que nos han llegado son leyendas añadidas al escritor en cuestión. No me importa. Parafraseando esa broma que suele aplicarse al periodismo, nunca dejes que la historia te estropee una buena leyenda. Lo más curioso de estas últimas palabras de escritores es que muchas de ellas están construidas en la sintaxis y estilo que normalmente se le atribuyen al autor, como si constituyeran una obra más de su legado. La más breve y urgente. Quizá la más verdadera de cuantas han escrito.
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