En otoño de 2014, los residentes de la Costa Oeste de los Estados Unidos fueron testigos de un misterioso evento ecológico sin precedentes. Decenas de miles de pequeñas aves marinas empezaron a llegar muertas a las playas entre California y la Columbia Británica en lo que acabaría convirtiéndose en una de las mayores mortandades de aves marinas registrada nunca. Una red de más de 800 científicos respondieron a la tragedia a medida que iban llegando más mérgulos sombríos (Ptychoramphus aleuticus) muertos a las playas. Paseantes y residentes
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