¡Me cago en Godard! propone revisar también algunos títulos icónicos de los 80 –Regreso al futuro, Karate Kid, La historia interminable– para comprobar cómo el cine de Hollywood denunció el bullying y "siempre se puso de espaldas al triunfador abusón, al deportista guapísimo o a la rubia que gobierna las cheerleaders. En todos los géneros, y en esto Zemeckis y Spielberg se mantuvieron firmes en el canon, aparecían los matones de instituto señalados como pequeños villanos violentos.
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