El río Guadalquivir ofrece un aspecto de intenso color marrón que no se corresponde con sus condiciones. "No debería ser un río turbio, y es quizás el que más en Europa", afirma José Borrego, geólogo y responsable del Grupo investigación de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental (GAIA). En 2014 iniciaron un trabajo, financiado por el Puerto de Sevilla, para resolver el enigma. En el ecuador del estudio tienen claro que se debe a la agricultura
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