El día 5 de agosto de 1946 había sido un día de calor agobiante en el pueblo de Torremenga, en la provincia de Cáceres. Según algunos testimonios, al atardecer, un grupo de hombres con candiles de aceite para alumbrarse vigilan a otros que cavan una fosa en el cementerio de Torremenga. Es un enterramiento extraño, sin la presencia de familiares, sin haber pasado por la iglesia, como era costumbre, con unos hombres que parecen más bien forzados a cavar esa zanja improvisada, con semblante muy serio y un ambiente de terror.
|
etiquetas: guerrilla , resistencia , franquismo , guerra civil , represion , caceres