Los hijos de grandes figuras como Alejandro de la Sota, Rafael Moneo o Javier Carvajal reivindican el papel de sus madres. Los profesores de arquitectura solían decir que la profesión es un sacerdocio. Es habitual esta imagen del arquitecto absorto en su trabajo, pasando al papel los espacios que idea en su cabeza. Pero no se suele contar que este sacerdocio es uno ejercido de forma extraña, ya que solía venir acompañado de una familia numerosa.
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