No fue conde, sino príncipe, un príncipe sanguinario, bárbaro y cruel que ha inspirado las más terroríficas historias en la literatura y el cine. Vlad Tepes nació en Transilvania, fue un gobernante que luchó vehementemente contra la expansión otomana que amenazaba su país, Rumanía y por ello hoy día es considerado un héroe nacional para más de 23 mil rumanos. Por la salvaje afición de castigar a enemigos y traidores Vlad Tepes se ganó el apodo de el empalador. Dicen que 6 mil turcos fueron sometidos a esta técnica de ejecución.
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