Cultura y divulgación
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Salivazos a precio de oro o sobre cómo convertir una especie silvestre en doméstica

Los marinos portan unas pértigas y sogas que una vez enlazadas a modo de andamio les permiten trepar por las verticales paredes y alcanzar su preciado botín: nidos de golondrina. Aunque para ser precisos debemos apostillar que, si bien las aves asemejan por su aspecto a golondrinas o vencejos, están taxonómicamente bastante alejadas de ellos. Alcanzar los nidos es tarea arriesgada. Con cierta frecuencia un mal paso supone una caída mortal, pero en la refinada cocina asiática el kilo de nido se llega a pagar a 3.000 dólares.

| etiquetas: golondrina , nidos , sopa

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