Hace 40 años, que son los que cumple Rojos, se estrenaban películas de grandes dimensiones y grandes formatos. Se proyectaban en enormes pantallas y en magnas salas de cine en el centro de nuestras ciudades, estupendas salas hoy desparecidas. Fue el caso de Rojos, un milagro, una ambiciosa obra en producción y duración (se proyectó hasta con un intermedio). Solo en el año de su estreno, 1981, se estrenaron superproducciones de la magnitud de La puerta del cielo o Ragtime. El año siguiente fue el de la también gigantesca producción Ganhi.
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