A fines del siglo XIX en Argentina, entre los inmigrantes italianos se formó un sindicato anarquista de panaderos. Tras una huelga de 10 días decidieron burlarse de los poderes y bautizaron a sus facturas con nombres irónicos. Así surgieron las “bolas de fraile” o “suspiros de monja” y los “sacramentos”, en alusión a la Iglesia. Y aparecieron los “cañones” y las “bombas”, como burla para el Ejército. También comenzaron a hornearse los “vigilantes”, referencia directa a la Policía. Además se agregaron otras alusiones a favor de la educación.
|
etiquetas: argentina , anarquismo , historia , huelga , facturas