Los datos indican que el grafeno aguanta presiones del orden de 2.000 atmósferas. Teniendo en cuenta que la presión en el fondo de la fosa de las Marianas es aproximadamente de 1.072 atmósferas, hablamos de que estas estructuras soportan presiones muy, muy elevadas. Según los investigadores estas presiones podrían ser suficientes como para llegar a modificar las propiedades de cualquier material que logren atrapar dentro de una de estas burbujas, obligando por ejemplo a que un líquido cristalice muy por encima de su temperatura de congelación.
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