Puede, como a Edipo, que el destino se cebe con ellos. Que Zeus agriase la suerte de Aquiles o el Cidhaya sido desterrado dos veces. Pero nunca jamás a nadie se le ocurriría bajar a ninguno de ellos del pedestal que ocupan. Ellos mueren matando. Son héroes. Y si fallan no fue poque no lo intentaron. La derrota tiene un propósito, acaso una gratificación moral.
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