Cuentan de ese niño que con apenas 4 años tocaba el piano con una destreza impropia de su edad y que a los 5 ya había compuesto su primera obra musical. La precocidad de Mozart le convirtió en el paradigma del talento innato. El de Salzburgo nació, por lo visto, con uno descomunal para la música. Un mito recuperado y potenciado por el Mozart de Amadeus, de Milos Forman (basada, a su vez en una obra de teatro de Peter Shaffer), quien apenas parecía tener que esforzarse para crear una obra que extasiase a todo el que la escuchaba.
|
etiquetas: talento , práctica , dedicación , predisposición , neurología