Después de seis horas de exposición a concentraciones realistas como las que pueden encontrarse en algunos puntos del océano, miles de millones de partículas de 250 nanómetros se habían acumulado en los intestinos de estos moluscos y todavía más partículas de 24 nanómetros estaban repartidas por todo su organismo, incluyendo riñones, branquias, músculos u otros órganos. Una vez devueltas las vieiras a un entorno limpio, constataron que los de 24nm tardaron 14 días en desaparecer y los de 250nm no lo hicieron hasta pasados 48 días.
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