En el Brooklyn de los años 20, los médicos hacían pocos intentos por sacar adelante la vida de los bebés prematuros, pero había un lugar al que los padres desesperados podían acudir: Coney Island, una playa en el sur de Brooklyn conocida por su parque de atracciones y su feria de especímenes y bichos raros. Allí, junto a una noria, y entre el espectáculo de la mujer barbuda y el número estelar de un grupo de enanos, estaba la exposición de Martin Couney. Bebés de incubadora.
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