La torre de Pisa no estaba pensada para ser inclinada. Al margen de consideraciones políticas, el muro que separaría las fronteras de México y Estados Unidos debe tener en cuenta a la geología y las dificultades que esta ciencia señala: desde las dunas de California hasta los más de 1.300 tipos de suelo de Texas, los miles de kilómetros de separación física que propone el Presidente de los Estados Unidos puede encontrarse con un enemigo invisible: el propio suelo sobre el que se edificaría.
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