Estas anomalías se descubrieron por primera vez en 1998, y luego se registraron repetidamente durante períodos de ausencia total de actividad sísmica. Se cree que pueden surgir como resultado de la resonancia acústica entre la atmósfera y una superficie sólida o debido a la interacción de una superficie sólida con olas oceánicas largas. Pero, la causa exacta de estas oscilaciones aún no se ha establecido.
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