Una mujer en la cúspide choca. Siempre se dice que está por el novio, por el padre, porque es guapa o habla muy bien imitando a los hombres. Nunca por ella. Y esto no cambia para que aguante el sistema con el papel pasivo de millones de mujeres a las que lo único que se les concede es la ampliación de la cocina. Todo lo que se ahorra con las mujeres pasivas es lo que permite al capitalismo extraer la plusvalía. Si la mujer logra dar el paso de manera organizada y masiva, esto es la revolución.
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