Es difícil saber cuándo exactamente empezó a ser tan insoportable el calor extremo. No dejó de haber inviernos pero en invierno no hacía frío. El verano era extremo, siempre, cada verano, como una condena cíclica. Las noches de verano eran agobiantes, pero permanecer fuera durante el día era simplemente imposible si no contabas con algún medio de protección. No se sabe cuánta gente murió en los primeros veranos, cuando nuestra sociedad se resistía a aceptar que el mundo había cambiado para siempre y que quizá ya no era vivible para los humanos…
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