Tus invitados podrían decir "Sí, quiero té", pero luego, al final, no querían té. Sí, es molesto, porque tú has preparado el té, pero siguen sin tener la obligación de bebérselo. Antes querían té, ahora no. No pasa nada porque la gente cambie de opinión y tú seguirás sin tener derecho a hacerles beber tu té. Y si están inconscientes, no les hagas té. No pueden responder a "¿Quieres una taza de té?", porque están inconscientes. Y si beben tu té y se desmayan, no les sigas vertiendo té por la garganta.
|
etiquetas: consentimiento , sexual , té , abuso , agresión