Algo habitual en nuestros cielos son los eclipses: los hay de Sol y de Luna, y dentro de ellos, también hay distinciones, porque los eclipses de Sol pueden ser totales, parciales y anulares, mientras que los de Luna pueden ser totales, parciales y penumbrales. Para que se dé un eclipse u otro, depende de lo exacta que sea la alineación de la Tierra con respecto al Sol y la Luna. El caso de los anulares es particular, porque además de una alineación perfecta, la Luna debe estar en su apogeo o próximo a él, esto es, en el punto más alejado de su
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