En algún punto entre dentro de un segundo y dentro de un milenio, morirás. Tu cuerpo y todos tus órganos dejarán de funcionar y se reincorporarán a los elementos inertes de la Tierra. La Tierra también morirá, engullida por un Sol en expansión ya envejecido. El Sol gastará todo su combustible y terminará convertido en una enana blanca antes de agotarse y morir. La Vía Láctea chocará con la vecina Andrómeda y formará una gran galaxia elíptica, que morirá al perder todas sus estrellas en el espacio intergaláctico.
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