Cultura y divulgación
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El arte de la traición

Los productos de consumo de lujo no me molestan. Si se me ocurre mirar una vitrina de Hermès, lo haré asumiendo las consecuencias y sudaré ante los precios por propia voluntad. Pero si voy a ver arte y me colocan un montón de productos de Hermès, aunque no estén a la venta y los camuflen como parte de un recorrido por el ‘país de las maravillas’ y encima sin avisar, me cabreo. Prefiero ver arte malo a ver fundas de cuero para guardar sobres en una vitrina impoluta en la que encima han tenido la desfachatez de poner una carta dirigida a Proust.

| etiquetas: arte , lujo , traición , hermês , galerías

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